Bienvenidos 

Me levanto temprano, salgo miro al cielo y respiro profundo el aire fresco que me brindan las montañas, doy gracias a Dios por el milagro de la vida, escucho el trinar de las aves y el relajante sonido del agua que fluye entre las rocas; busco madera y enciendo el fuego, pongo la aguapanela a hervir para disfrutar de un tinto único en medio de este paraíso; elijo un lugar especial y medito un poco, ejercito mi cuerpo y mi mente, me conecto con todo lo que me rodea y siento que soy parte especial del universo.
Desayuno con ese sabor a leña que tanto me gusta, reposo y ya con el calor del sol me dispongo a disfrutar junto con mi familia y amigos de las aguas cristalinas que este maravilloso lugar me ofrece.  Recibo el sol en una hermosa playa de agua dulce, siento que me libero y me recargo de nuevas energías... mi cuerpo lo agradece. 
Después de disfrutar de un delicioso almuerzo, descanso en hamaca, leo un buen libro y en un instante caigo en un placido sueño hipnotizado por los sonidos del agua y el viento que se conjugan como una dulce canción de cuna. 
Ya en la noche al lado de mi esposa, hijos y familiares comparto una fogata, vuelvo y miro al cielo, contemplo las estrellas, miro a mi alrededor y me doy cuenta que lo tengo todo y que soy muy feliz en este lugar.
 
¡Gracias Cielo Escondido!